Quienes estamos metidos en cierta edad, al tiempo que hemos vivido varias etapas artísticas con sus movimientos más o menos acertados, llegamos a la conclusión de, o por una parte no entender ya nada de arte según se concibe mayormente en el momento que denomino en tiempo real, o por otra nos encontramos anclados en una etapa conceptual del arte, o más bien podíamos denominar “atrapados” a nuestras sapiencias, si es que las tenemos.
Es por ello que siendo consciente de pertenecer a esta clase de hacedores de arte citados en las líneas anteriores, cada vez me resulte más difícil comprender ciertas manifestaciones llamadas artísticas, las cuales no por ello dejo de respetar, aunque dadas mis convicciones y concepto del arte, no puedo compartir y menos identificarme. Con el sarcasmo que me caracteriza, he satirizado mis escasas visitas al flamante y famoso Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) ubicado en la comunidad donde resido, con una cierta “coña marinera” para evitar entrar en profundidades y análisis banales que no me llevarían más que posiblemente, a meter la pata o caer en el calificativo de “ignorante” ante ese mundo emergente que nos rodea…es mejor dejar correr la bola de las nuevas tendencias del arte que es evidente que en la mayoría de los casos que he podido apreciar, es totalmente efímero y con pocas posibilidades de hacer historia y menos afianzar un movimiento plástico perdurable en la historia del arte .
Como además de ser un ,vamos a llamar, anclado en mis conceptos artísticos, me dedico a la ardua tarea de la docencia en una Escuela de Arte, me encuentro ante unos educandos totalmente confundidos y desorientados en el ambiente artístico, ya que todo lo que académicamente se les intenta enseñar en lo que es una ESCUELA, luego salen al exterior y se enfrentan a manifestaciones artísticas que nada tienen que ver con las pautas y cánones de iniciación que tratamos de darles en las aulas y talleres de un centro académico especializado en Arte. Es entonces cuando entran en un conflicto interno que los descoloca más de lo que ya llegan descolocados e ignorantes de unos mínimos de cultura general y mucho menos artística. Si tratas de explicarles como se analiza, por ejemplo la escultura, un poco de historia de su trayectoria o las principales clases y conceptos primordiales de la misma, llegan al momento de realizar un ejercicio escrito sobre el análisis de (por ejemplo) una escultura urbana y al pedirles entre los apartados, una “opinión personal”, se quedan mayoritariamente en blanco y luego te exigen con contundencia que les diga como se escribe precisamente eso, una opinión “personal”.
Yo me pregunto que si para un simple análisis de una obra escultórica, comprensible totalmente para un iniciado en el mundo artístico, encuentra serias dificultades de entendimiento y redacción, que les pasaría si se les dejase en medio de cualquier sala de un museo donde se ofrece la más alta vanguardia del arte del momento, donde nuevas tecnologías, instalaciones/espectáculo o materiales de realización (orines o excrementos de elefante) sirven de ejemplo a seguir para generaciones futuristas… No en vano estos aprendices en ocasiones te plantean sus dudas fundamentadas en estas manifestaciones del arte en tiempo real, sobre la operatividad y necesidad de aprender conceptos de dibujo, color o volumen, ya que verían más lógico conocimientos de medios audiovisuales, informática o coreografía escénica… la problemática sigue en los aires, mientras que los emergentes navegan por sus olimpos de fantasías confusas para muchos.
Me dirán los artístas plásticos llamados emergentes y vanguardistas, que yo soy una reliquia del pasado con ideas caducas de una arte obsoleto y “carca”; quizás tengan razón vistas las movidas con que nos deleitan, pero yo lanzo la pregunta (también quizás “carca”) al viento de la razón: ¿Serían capaces estos personajes del arte referido, de dibujar mínimamente bien, una simple mano con un no menos simple lápiz de grafito del número 2? No sigan, me se la respuesta: “¿Para qué sirve eso?”,-me responderían a coro-; aunque yo les recuerdo, Picasso y Chillida llegaron a las metas que llegaron con una bases de dibujo, color y volumen basadas en la más rancia y ahora denominada, ¿caduca? ACADEMIA. Con esto creo que está casi todo dicho.
Jesús Trapote