viernes, 24 de diciembre de 2010

MI BELEN Y NOCHEBUENA

Como es lógico, mi Belén lo he creado y modelado a mi gusto. Sí, digo Belén porque pese a mi agnosticismo, soy enamorado de las tradiciones que conocí desde mis albores del uso de razón. Es un Belén con pocas figuras, de momento, que voy aumentando año a año según mi estado anímico formando un conjunto un tanto atípico dentro de lo acostumbrado en esta representación tan casera y familiar…Este año, por ejemplo he incluido una nueva figura muy popular. Se trata del “Caganer” (en catalán) o del “Cagón” en idioma castellano. Para integrarse con las demás piezas ataviadas de época, le he puesto en su cabeza un gorro hebreo en lugar de la barretina que de unos tiempos a esta parte se representa a este gracioso personaje. Digo de un tiempo a esta parte porque según mis investigaciones históricas, la aparición de esta figura surge hacia el S.VII y que por supuesto nada tiene que ver con Cataluña quien fue más tarde integrado y acaparado en sus “Pesebres” (Belenes o nacimientos en castellano). Esto último viene a colación por un dicho negativo hacia el espíritu catalán de ser demasiado ahorradores (tacaños) y extenderse la fama que los payeses para no gastar en abono, hacían sus necesidades mayores en las tierras de labranza… toda una cultura étnica.

La Virgen de mi Belén está echada porque ninguna mujer recién parida puede tenerse de pie. San José está arrodillado junto a ella en acto de arropamiento y ayuda. Los pastores de mi Anunciación miran aterrados al Ángel anunciante e incluso uno de ellos lleva en su mano un amenazante puñal. Un ciego es acompañado por un niño lazarillo hacia el portal, mientras que los tres Magos son representados, en especial Baltasar, como pequeños dioses poderoso portadores de tan valiosos tesoros…son ejemplos de que cuando me dispongo a crear una figura más, busco aparte de la tradición popular, una lógica personal y original que haga algo diferente mi representación bíblica.

Finalmente, para acompañar y ambientar la nochebuena, mientras ceno muy a gusto con mi esposa e incondicionales gatos, pongo música de Villancicos de los más populares y machacones que encuentro huyendo de convencionalismos musicales extranjeros. Como turrón blando, mantecados y polvorones del vallisoletano pueblo de Arrabal de Portillo y para concluir esta especial velada brindo con el amor de mi vida, ella con una copa de cava y yo, (por aquello de las edades del hombre), con una cerveza sin alcohol.

Todo un simbolismo del más rancio sentido tradicional y costumbrista que no deja de continuar teniendo sentido para mi; el sentido de mantener latente unas nostalgias de un pasado efímero lleno de vivencias y recuerdos ya seleccionados en buenos.

Jesús Trapote

2 comentarios:

  1. Qué emocionante tu escrito, Jesús. Haces que las Navidades cobren sentido, no el de gastar y gastar compulsivamente como estoy acostumbrada a ver en el centro de Madrid, sino el sentido de estos pequeños momentos que reconfortan y hacen recordar efectivamente escenas efímeras del pasado. Villancicos, sopa de mariscos, polvorones, turrón del blando y del duro. Ummmmm, qué recuerdos.

    Felicidades a todas las personas de bien de esta Tierra.

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  2. Las figuras maravillosas, cómo se nota la mano de un gran escultor,

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