El 1 de Noviembre es tradición llevar flores a los muertos por ser la española y religiosa festividad de todos los Santos y también fieles difuntos…
Así que como mi querido gato Pitín era un Santo y también está difunto, le he llevado flores al pie de su escultura instalada en su recuerdo en mi jardín. Unas flores que mi esposa Alicia había plantado en una maceta y que después descubrí que eran crisantemos, muy propias para este día de homenaje floral en los cementerios católicos. Ni corto ni perezoso, esta mañana otoñal del 1 de noviembre, tijeras en mano, corté un significativo ramillete que introducido en un peculiar jarrón de cristal, he colocado al pie del prisma férreo que sirve de base a la escultura de mi querido Pitín…
Cosas mías que muchos tildarán de ñoñerías y memeces de señor mayor que lo soy. Pero como al menos puedo presumir de cierta sensibilidad, no me importa la opinión ajena que en muchos casos será de gentes sin ningún sentimiento hacia los animales que dieron todo por nuestra compañía y un poco de comida...
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Lo cortés no quita lo valiente, decía mi madre. Un beso para los tuyos y los míos en este día de recuerdos familiares. Y otro para tí.
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